Cute Bow Tie Hearts Blinking Blue Pointer

domingo, 23 de noviembre de 2014

Especial frases 2# 1ªParte

SAGA CREPUSCULO
 
 
 
 
-Cuando la vida te ofrece un sueño que supera ampliamente cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.
 
-Esa fue la primera noche que soñé con Edward Cullen.

-Era ridículamente fácil vivir con esta decisión. Peligrosamente fácil.

-Estaba completamente segura de tres cosas; Primera: Edward era un vampiro; Segunda: Una parte de el y no savia a que grado deseaba mi sangre; y Tercera: esta total e irrevocablemente enamorada de el.
 
-Lo sé, mamá. No te preocupes. Sólo es un enamoramiento de adolescente.
 
-Cuando me toco la mano me ardió como si entre nosotros pasara una corriente eléctrica.

-No hay culpa sin sangre.
 
-Ya me he cansado de alejarme de ti, Bella.
 
-Sí, ya dejé de intentar ser bueno. Ahora voy a hacer lo que quiero, y que pase lo que tenga que pasar.

-Lo cierto es que he visto cadáveres con mejor aspecto. Me preocupaba que tuviera que vengar tu asesinato.

-¿Harías algo por mí este fin de semana? No te ofendas, pero pareces ser una de esas personas que atraen los accidentes
como un imán. Así que... intenta no caerte al océano, dejar que
 te atropellen ni nada por el estilo... ¿De acuerdo?
 
-No eres un imán para los accidentes... Ésa no es una clasificación suficientemente extensa. Eres un imán para los problemas. Si hay algo peligroso en un radio de quince kilómetros, inexorablemente te encontrará.

-Yo oigo voces en la cabeza y es a ti a quien le preocupa ser un bicho raro.

-No quiero ser un monstruo.

-El estar lejos de ti me pone... ansioso.

-De todas las cosas por las que debería asustarte, a ti te preocupa mi forma de conducir.

-¿De verdad crees que te interesas por mí más que yo por ti?

-Sí, tú eres exactamente mi marca de heroína.
-Entonces estuviste a punto de morir aplastada ante mis propios ojos. (...) En ese momento, todo lo que pensé fue: «Ella no».
-No te acomplejes. Si pudiera soñar, sería contigo. Y no me avergonzaría de ello.
-A ti no te preocupa dirigirte al encuentro de una casa llena de vampiros,
lo que te preocupa es conseguir su aprobación, ¿me equivoco?

-¡Maldita sea, Bella! ¡Eres mi perdición, te juro que lo eres!

-Bella, te vas a poner bien. ¿Puedes oírme, Bella? Te amo.

-Era imposible contenerse, imposible. Pero lo hice. Debe de
 ser que te quiero.

-¿Un vampiro sádico que pretende torturarla hasta la muerte?
Claro, sin problemas, ella se escapa para reunirse con él.
Pero una vía intravenosa es otra cosa...

-Lamento que se haya producido algún tipo de malentendido, pero Bella no está disponible esta noche. Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo.
-El crepúsculo, otra vez. Otro final. No importa lo perfecto que sea el día, siempre ha de acabar.

-Te mira como si... Te mira como si fueras algo comestible.

-Parecía que te ibas a almorzar a Bella, y veníamos a ver si la podíamos compartir.

-Y de ese modo el león se enamoró de la oveja...
:-¡Qué oveja tan estúpida! 
¡Qué león tan morboso y masoquista!

-Me sentía atrapada en una de esas pesadillas aterradoras en las que tienes que correr, correr hasta que te arden los pulmones, sin lograr desplazarte nunca a la velocidad necesaria.

-Pero esto no era un sueño y, a diferencia de las pesadillas, no corría para salvar mi vida; corría para salvar algo infinitamente más valioso. En ese momento, incluso mi propia vida parecía tener poco significado para mí.

-Supe que era demasiado tarde cuando el reloj comenzó a dar la hora y sus campanadas hicieron vibrar el enlosado que pisaban mis pies -demasiado lentos-. Entonces me alegré de que más de un vampiro ávido de sangre me estuviera esperando por los alrededores. Si esto salía mal, a mí ya no me quedarían deseos de seguir viviendo.

-Tener dieciocho años no es ser muy mayor. Tenía entendido que, por lo general, las mujeres no se sentían mal por cumplir años hasta llegar a los veintinueve.

-Nunca es bueno que te presten atención -seguramente, cualquier patoso tan proclive como yo a los accidentes pensará lo mismo-. Nadie desea convertirse en foco de nada si tiene tendencia a que se le caiga todo encima.

-¿Crees que esto mejorará algún día? ¿Alguna vez conseguiré que el corazón deje de intentar saltar fuera de mi pecho cuando me tocas?

-Charlie estaba loco por Alice. Se encariñó con ella la última primavera, cuando me estuvo ayudando en mi difícil convalecencia; Charlie siempre le estaría agradecido por salvarle del horror de ayudar a ducharse a una hija ya casi adulta.

-No has cambiado en nada. Esperaba alguna diferencia perceptible, pero aquí estás, con la cara colorada como siempre.

-Aturdida y desorientada, miré la brillante sangre roja que salía de mi brazo y después a los ojos enfebrecidos de seis vampiros repentinamente hambrientos.

-En muchos otros sentidos, creo que he hecho lo mejor que he podido con lo que me ha tocado. Pero ¿es correcto maldecir a otros con esta clase de vida? No podría tomar esa decisión.
 
-¡No! ¿Esto tiene que ver con mi alma, no? Carlisle ya me habló de eso y a mí no me importa, Edward. ¡No me importa! Puedes llevarte mi alma, porque no la quiero sin ti, ¡ya es tuya!
 
-No te preocupes. Eres humana y tu memoria es un auténtico colador. A nosotros, el tiempo nos cura todas la heridas.

-Esa noche el cielo estaba oscuro como boca de lobo. Es posible que fuera una noche sin luna al haber un eclipse, por ser luna nueva. Luna nueva. Temblé, aunque no tenía frío.

-Noté el suave suelo de madera en las rodillas y luego en las palmas de mis manos, y al fin, apretado contra la piel de mi mejilla. Esperaba poder desmayarme pero, para mi desgracia, no perdía la conciencia. Las oleadas de dolor, que apenas me habían rozado hasta ese momento, se alzaron y barrieron mi mente, hundiéndome con su fuerza. Y no salí a la superficie.

-No veía ninguna razón para sentir miedo. No podía imaginar que quedara nada en el mundo que pudiera darme miedo, al menos, no físicamente. Esa era una de las ventajas de haberlo perdido todo.

-Era una forma muy dura de vivir: prohibiéndome recordar y aterrorizada por el olvido.

-Sólo un adolescente hubiera estado de acuerdo en engañar a nuestros respectivos padres para reparar unos vehículos peligrosos con el dinero destinado para mi educación universitaria. Él no había encontrado nada malo en esto. Jacob era un regalo de los dioses.

-Simplemente, Jacob era esa clase de persona que siempre se muestra feliz, y que acarrea esa felicidad como un aura, llevándola a toda la gente que le rodea. Igual que un sol ceñido a la Tierra, sea quien sea el que entre en su órbita gravitacional, es irremediablemente atraído por su calidez.

-Eres como una muñequita. Una muñeca de porcelana.

-Intenté decirme a mí misma que el miedo no tenía sentido. Ya había pasado por lo peor que podía ocurrirme. En comparación, ¿cómo me iba a asustar por esto? Supuse que debería poner cara de no importarme nada y reírme.

-Aquel día había tenido la más asombrosa de las alucinaciones. Mi ensoñación de la voz de terciopelo había estado gritándome casi cinco minutos antes de que presionara el freno demasiado bruscamente y me estampara contra un árbol.

-Yo era como una luna perdida -una luna cuyo planeta había resultado destruido, igual que en algún guión de una película de cataclismos y catástrofes- que, sin embargo, había ignorado las leyes de la gravedad para
seguir orbitando alrededor del espacio vacío que había quedado tras el desastre.

-El amor concede a los demás el poder para destruirte. A mí me habían roto más allá de toda esperanza.

-Era ridículo que estuviera eufórica porque un vampiro supiera mi nombre.

-Había pensado que Jacob había sanado el agujero que había en mí, o al menos lo había sellado, de forma que no me doliera tanto. Me equivocaba

-Más allá del amor, protegía el secreto de los Cullen sin que me lo hubieran exigido, eso era cierto.

-Ah aquí  me entregare a la eternidad y me sacudiré de esta carne fatigada; el yugo de estrellas adversas; Ojos mirad por ultima vez, brazos dad vuestro ultimo abraso, y labios puertas del aliento, sellad con un beso un trato perpetuo con la ávida muerte

-Es imposible mostrarte lógico con las personas una vez que les tomas afecto.

-Apuesto a que es más dura que eso. Al fin y al cabo, anda con vampiros.

-Me recordé a mí misma que el amor es irracional. Cuanto más quieres a alguien, menos lógica tiene todo.

-Felicidad. Hacía que la experiencia de morir fuese más que soportable.

-Adiós. Te amo, fue mi último pensamiento.
 
 
 
 
Y ya saben, cualquier duda o petición déjenlo en un comentario. Muchas Gracias.
 
 
 
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario